Pero que celebramos por un lado, nos admiramos de como el mundo puede ser tan bello, tan majestuoso, tan perfecto hasta en el mas minúsculo detalle.
Damos gracias a nuestro Dios por permitirnos vivir en un lugar tan hermoso y le glorificamos por su gran obra de arte.
Pero se me viene una palabra a la mente cuando pienso en el estado actual de la creación; y esta es "atropello".
Ya que los seres humanos no hemos hecho otra cosa que atropellar a este mundo.
Dios nos regalo un mundo, y aunque este esta sometido a pecado y esta esperando la manifestación de los hijos de Dios, nosotros los cristianos nos hemos dormido en los laureles, preocupados con preguntas vanas y mirando hacia otro lado.
En primera como mayordomos estamos muy lejos de serlo ya que consumimos a nuestro antojo sin pensar en las consecuencias que trae aparejado para nuestra tierra, y destruimos nuestro propio mundo sin preocupación alguna.
En segundo parece importarnos poco lo que pueda pasar y hacemos caso omiso alas señales de alarma que nos envía la naturaleza, pensando que estamos lejos de aquel día donde terminemos de destruir el planeta y no tengamos otro lugar donde vivir, o el mismo aire que respiramos sea venenoso para nosotros.
En tercera estos eventos que suceden cada vez con mas frecuencia suelen afectar en muchísima mayor medida a un sector de la sociedad al cual no tiene los medios para enfrentar de la mejor manera estos eventos y quedan totalmente a merced de los mismos.
Creo firmemente que todos sabemos lo que podemos hacer y sabemos que si no tomamos un compromiso individual, que a su vez se transforme en algo colectivo, terminaremos destruyendo el hogar de nuestras futuras generaciones.
Como dice el padre Mamerto Menapace:
"la tierra la heredamos de nuestros padres y la tomamos prestada de nuestros hijos"
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