martes, 3 de mayo de 2011

La violencia de género por María Jesús García


La violencia de género continúa siendo uno de los problemas más graves que se registran en la sociedad. Las cifras continúan siendo altas en un tipo de agresiones que, seguramente, no se deberían registrar en el siglo XXI. Para poner fin a estos delitos existe un gran número de profesionales de diversos ámbitos que desempeñan una loable labor, motivo por el que la Asociación de Mujeres Juristas decidió premiar a algunos de ellos, entre ellos a María Jesús García, magistrada que estuvo hasta el pasado mes de enero encargada del Juzgado número 1 de Violencia sobre la Mujer de Santa Cruz de Tenerife.La magistrada, quien hizo extensivo el galardón a todo el equipo de este juzgado, pues "sin ellos nunca podría haber trabajado tan bien", destaca la necesidad de que las mujeres que sufren este maltrato "lo denuncien, y para ello se asesoren con anterioridad".
¿Ha disminuido el número de denuncias por violencia de género en los últimos años?

Hay más recursos y las denuncias aumentan, pero es un problema que, desgraciadamente, sigue ahí y seguirá estando. Es algo que va innato en la cultura en la que estamos inmersos, y no creo que a corto plazo se vaya a erradicar. Pero sí considero que se puede mejorar, y que puede haber símbolos de esperanza, porque cosas que antes eran normales, ahora ya no se admiten. En este sentido, y paradójicamente, hay generaciones nuevas que consideran algunas acciones maltrato, y no lo son, pero luego no se dan cuenta de las que sí son un delito. El problema es que, a veces, tenemos poco conocimiento de lo que debe ser una relación de pareja sana, y esto se debe a un déficit educativo, formativo y de valores en el seno de la sociedad. Hasta que no se subsane ese problema, se seguirán generando causas en el juzgado.


¿Cuál es el prototipo de mujer víctima de maltratos?
En violencia de género no hay estereotipos. Cualquier persona puede acudir al juzgado por un supuesto de este tipo. A veces tendemos a pensar que determinados colectivos son los que denuncian o que ciertos hombres son los maltratadores, y no es así. Esto es una cuestión que trasciende las clases sociales y las nacionalidades, porque afecta por igual a todas las clases sociales, tengan una mayor o menor preparación.
¿Les cuesta a las mujeres darse cuenta de lo que les ocurre?
Durante este periodo lo que sí he detectado es un menor número de mujeres de avanzada edad que denuncian. Se trata de una cuestión cultural, pues, incluso, llegan a comentar que esto antes era normal. Ahora las mujeres sabemos que hay cosas que no son asumibles, pero tradicionalmente esto no era así. También ocurre que, en algunos casos, estas señoras desconocen que pueden venir a un juzgado a denunciar, porque piensan que no tienen ningún derecho. Por eso, este tipo de personas normalmente vienen por algún amigo o familiar que las anima. Otro problema que se registra es la contraposición que se genera en el seno familiar, con dos bandos enfrentados, uno a favor de la madre y otro al padre. La consecuencia de estos casos es que estas mujeres intentan avanzar en sus derechos y el seno familiar se lo impide.
¿Quizás lo más difícil para estas mujeres sea reconocer el maltrato psicológico?
El maltrato psicológico puede ser muchísimo más grave que el físico. Normalmente, para que se llegue al maltrato físico tiene que producirse con anterioridad un maltrato psicológico bastante grande y prolongado en el tiempo; cuando una persona llega a la agresión física no es un hecho casual, está seguido de múltiples ataques a la dignidad de la persona. En esta cuestión hay que resaltar la labor educativa y cultural para que salten las primeras alarmas en el seno de la mujer y no tolere determinados comportamientos, porque no son correctos hacia su persona y no los debería permitir, pues podrán evolucionar hacia algo peor.
Durante ese periodo, ¿registró la retirada de muchas denuncias por el arrepentimiento, en ocasiones falso, del agresor?
Esa cuestión va innata en la materia, pues no se trata de cualquier tipo de delito, sino que tiene unas circunstancias especiales que vienen determinadas por la emocionalidad inherente a las relaciones de pareja y la dependencia de la víctima respecto al agresor y viceversa. Esto provoca que se den esos falsos arrepentimientos que llaman "periodo de luna de miel". Desgraciadamente, contra eso nosotros no podemos luchar, sino dejar claro que una retirada de denuncia, desde el punto de vista de una causa, no tiene efectos puesto que es un delito público. Pese a ello, es cierto que esa retirada deja cojo el procedimiento, pues la declaración de la propia perjudicada es muy importante. De ahí la importancia de la información previa que debe tener una persona que viene a un juzgado, para que sepa lo que es un procedimiento judicial. Por eso es fundamental tener asesoramiento y apoyo durante el proceso, tanto por equipos sociales asistenciales psicológicos como por profesionales jurídicos, que la instruyan en sus derechos y la haga ser más fuerte en el momento de continuar con el procedimiento.
¿Considera efectivas las campañas de prevención?
El problema de esas campañas, que están muy bien, son los mensajes contradictorios que se emiten continuamente en los medios de comunicación. Se debería velar por que la publicidad sea sana y no sexista ni justifique ciertas conductas de machismo evidente, como pueden ser los contenidos de determinados programas que, en vez de tender a la promoción de la propia persona, se jactan cada vez más de actitudes que no deberían ser imitadas. Hasta que esto no pare, no serán efectivas las campañas preventivas.
¿Qué mensaje podría mandarles a las mujeres víctimas de violencia de género?
Lo único que puedo decirles es que deberían confiar en las instituciones, porque los juzgados se preocupan de salvaguardar los derechos de las personas, y en particular de los más débiles. Por ello, deben tener confianza en el sistema judicial. Un procedimiento penal es un proceso duro, pero hay muchos recursos asistenciales para que se asesoren antes de venir al juzgado. Las mujeres que sufren violencia de género deben denunciar, porque nunca se puede soportar una situación de maltrato, y hay que poner freno a estas agresiones.
http://www.eldia.es/2011-05-02/canarias/2-violencia-genero-hay-estereotipos.htm

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